Crítica: Origen

Christopher Nolan vuelve a presentarnos un nuevo film que da muestras de su buena racha y de su buena forma después de encumbrarse con The Dark Knight. El director vuelve a demostrar que hoy día es uno de los reclamos más fuertes de Hollywood, y ya no tan solo eso, sino que más importante es la garantía segura de que cualquier nueva película suya va a ser toda una experiencia con sinónimo de calidad.

Origen se interna en el complicado mundo de los sueños y nos presenta una realidad donde es posible meterse en la mente de la gente mientras duerme y adueñarse de sus ideas. Pero a nuestro protagonista se le plantea el reto de hacer todo lo contrario, insertar una idea dentro de la mente, reto que le llevará junto a su equipo a diseñar una complicada estrategia para lograrlo.

Nolan reinventa y convierte en ciencia ficción una trama típica de una película de atraco imposible, y para ello crea un nuevo concepto y unas nuevas reglas sobre los sueños y sus posibilidades de realidades paralelas de fantasía en una trama compleja y fascinante. El film sigue las reglas básicas, primero se ocupa de reclutar a un grupo de expertos para llevar a cabo la acción, luego se planifica al detalles y finalmente se realiza el golpe, que no estará exento de dificultades e improvisaciones sobre la marcha.

El director se vuelve a rodear de un reparto de lujo y sabe sacar provecho de cada uno de sus actores, con un magnifico Leonardo DiCaprio al frente pero secundado por unos secundarios a los que sabe exprimir para que den lo mejor de ellos, entre los que cabe destacar una Ellen Page en una papel mucho más trascendental de lo que cabria suponer en un principio, y un estupendo Cillian Murphy en el papel de sufrida víctima.

Origen sabe jugar de manera soberbia con el tiempo y con las distintas realidades, a pesar de que llegados a cierto punto la trama se llegue a embrollar tanto que se corra el riesgo de perder por un momento la coherencia y de que el espectador se pierda. Nolan ofrece detalles de efectos especiales impresionantes, aunque uno no pueda evitar pensar que son algo pomposos y que la historia funcionaria igual sin ellos, pero la escena coreografiada de la lucha en el pasillo es sin duda de lo más impactante que se ha visto en una sala de cine últimamente. Y siendo muy quisquillosos, podríamos decir que la historia de amor que rodea al protagonista puede llegar a resultar en algún momento algo fastidiosa, pero son pequeños detalles que quedan de sobras compensados por la originalidad de la propuesta y por el clímax de tensión logrado.

Tenemos una trama que te atrapa desde el primer instante, unos actores que convencen, unos efectos especiales abrumadores y una escena para ver en DVD una y otra vez, pero no hay que olvidarse de la admirable banda sonora compuesta por Hans Zimmer, que dota al film de una personalidad única con unas notas que serán claramente reconocibles y asociadas al film en cualquier escucha.

Nolan vuelve a firmar un trabajo excelente y además un film que llegará sin duda a ser de los más taquilleros del año, juntado y demostrando una vez más que comercialidad y calidad no tiene porque estar reñidas, y se encumbra como uno de los mejores y más solventes directores de la actualidad, sino es ya el mejor de ellos, y más si tenemos en cuenta que además firma el sólido guión de la historia.