Okja puede que sea recordada como la película de la controversia creada en Cannes, bueno, no sé si se puede llamar película, ya que según algunos no puede ser reconocida como tal si no es exhibida en cina. Tontadas aparte, creo que una película no deja de ser tal por el simple hecho de que se vea en un televisor o en el cine, y por mucho que su distribución se aleje de los convencionalismos habituales, está claro que, al igual que en otros ámbitos, los modelos de negocio cambian y hay que adaptarse a ellos para bien o para mal.
Pero hablemos de Okja, la nueva película del coreano Bong Joon-ho que no acostumbra a defraudar, incluso cuando se apunta a rodar algo tan distinto como este film, una fábula infantil que nos cuenta la amistad entre una niña de diez años y su mascota, un gigante supercerdo que forma parte de una nueva raza de animal que servirá para alimentar a un planeta cada vez más superpoblado y con escasez de alimentos.
Está claro por dónde van los tiros, una feroz crítica al sistema de alimentación y a las granjas de animales donde se trata al ganado de malas maneras. La corporación Mirando le sirve al cineasta para mofarse de los directivos de las grandes industrias, con una Tilda Swinton al frente en un personaje inseguro de si mismo que tiene que llevar el peso de una gran compañía en la que intenta limpiar la imagen de su padre. La película nos muestra como buenas prácticas y buenos negocios no siempre van de la mano, más bien es todo lo contrario.
Pero Okja no se queda tan solo en la crítica a la industria, también arremete contra el consumismo desmedido y contra el consumidor mismo, que como bien dice el personaje de Swinton en una escena: Si es barato lo compraran. Okja nos muestra pinceladas de una sociedad que no tiene muchos reparos en comer lo que sea y venga de donde venga mientras esté bueno y sea barato, eso sí, lo transgénico no que tiene mala fama.
Con un reparto plagado de caras reconocibles, algunas hay que decir que algo desaprovechadas, cabe destacar la histriónica representación que hace Jake Gyllenhaal, parodia de presentador de programa de animales e imagen de la empresa Mirando, su personaje parece sacado de un anime, tanto por la actuación como por las pintas que lleva. Y es que Okja bien podría haber sido perfectamente un anime, tiene varios elementos que podríamos sacar de una película del estudio Ghibli, una niña protagonista, un viaje, el elemento fantástico, acción trepidante cuando hace falta y un claro mensaje ecologista.
Okja es una película infantil enfocada a un público adulto, es decir, tiene claros elementos para los más pequeños pero por otro lado no renuncia a tener un lado más oscuro y tétrico y en mostrarnos escenas bastante crudas que harán que cualquier amante de la carne se llegue a plantear seriamente volverse vegetariano.