Crítica: Oblivion

Empieza Oblivion con un prologo y una situación en la que claramente te están diciendo que nada de lo que allí te cuenta va a ser verdad al final del film. El planeta Tierra está prácticamente destruido después de años de guerra con una raza alienígena. La humanidad ha ganado finalmente la guerra, pero a un gran coste, perder el planeta. Lo que queda de la raza humana se está mudando a una de las lunas de Saturno para crear allí un nuevo asentamiento. En el planeta tan solo quedan nuestros dos protagonistas, una pareja que se dedica a vigilar unas plataformas que absorben el agua de los mares para crear energía de los ataques de los Scavengers, los restos de la civilización alienígena.

No digo que esto sea malo, cualquiera podría deducir aunque no estuviera tan claro que el Oblivion se guarda sus ases en la manga para darle la vuelta a la situación. Pero todo aquel avezado a la ciencia ficción tiene bastante claro por donde van a ir los tiros. A pesar de todo, Oblivion logra algún que otro golpe de efecto que compensa y gratifica su visionado.

Una de las mayores bazas del film es su apartado técnico. Es impecable. No esperábamos menos de Joseph Kosinski, el tío que ya deslumbro con su puesta al día del universo Tron, al menos visualmente hablando, lo demás ya sería cuestión de hablarlo más en profundidad. Tanto las imágenes de la Tierra y de algunos de sus míticos monumentos y construcciones en ruinas como ver ciudades enteras sepultadas por la Tierra son un espectáculo estremecedor. El diseño de la nave en la que viaje todo el rato Tom Cruise es sin duda la mayor atracción de toda la tecnología presentada, aunque esas bolas de seguridad, sin ya nada originales, si consiguen tener una presencia intimidante.

Oblivion padece de ser algo fría y previsible en su tecnología, por un lado trata de innovar pero por otro lado se limita a copiar clichés, de intentar tener más trasfondo del que finalmente acaba teniendo, tratar temas como el amor imperecedero, el alma humana, el sentido de la existencia y otras cosas que no aportan más profundidad a lo que estamos viendo, que en definitiva no es más que un film de acción, ya que Kosinski no pierde oportunidad de ofrecernos tiroteos, persecuciones impactantes, peleas y cosas por el estilo, no sea que entre tanto razonamiento y pensamiento nos vayamos a aburrir. Oblivion peca de tener algunas lagunas importantes en su guión y de coger un poco de aquí y un poco de allá, no es muy difícil encontrar unas cuantas similitudes con varios films de ciencia ficción clásicos. Me fastidia un poco el final, esperaba conocer algo más o ver algo con más empaque de estos alienígenas que nos invaden y no lo poco y simple que nos muestran, por no hablar ya de ese epilogo que a mi parecer está del todo fuera de lugar.

Oblivion no va a ser el film que encumbre a su director, pero tampoco es un completo desastre, con lo cual habrá que seguir esperando y ver si la carrera de este director acaba consiguiendo ofrecernos más adelante alguna obra más destacable o se acaba apoyando tan solo en un nivel técnico sin más profundidad.

Que no se me olvide una cosa de lo más importante y que hay que destacar del film, está claro que a Kosinski le tira la música tecno, y si para Tron Legacy ya contó con una de las bandas míticas como Daft Punk, en esta ocasión no ha dudado en fichar a una de las bandas más punteras del momento para la banda sonora como es M83, que nos ofrece todo un recital, sobre todo en los inicios del film y en algunos momentos puntuales, en los que a la banda no les tiembla el pulso a la hora de apostar por los sintetizadores. Muy grande la banda sonora.