Crítica: Molli and Max in the Future

Lo he dicho en más de una ocasión, uno de los objetivos de este blog ha sido siempre el de descubrir y dar a conocer películas pequeñas que se salgan del circuito comercial, rarezas independientes que en la mayoría de casos merecen ser mucho más reconocidas. Películas como Molli and Max in the Future, son una de las razones que me empujaron en su día a crear un blog de cine, y son las que aún hoy me mantienen aquí dando la brasa. No somos muchas las páginas que nos intentamos centrar en este tipo de proyectos cuando tenemos la ocasión, pero hay que intentar reivindicar siempre estás películas, y más cuando acaban siendo una verdadera joya como esta.

El film es una comedia romántica de ciencia ficción que se centra en un Molli y en Max, que se conocen de manera fortuita tras un accidente espacial. Tras pasar el día juntos por obligación, se empieza a crear entre ellos una amistad que los llevará a través de los años a separarse y a reencontrarse de manera casual en medio de un universo de extraños planetas, competiciones de lucha de robots, sectas espaciales, dioses, magia e incluso distintas dimensiones.

El propio director de esta maravilla, Michael Lukk Litwak, ya comentó en su día que se había inspirado en Cuando Harry Encontró a Sally para la película, y es verdad que esta es su base, el de dos personas que se conocen y que además son bastante opuestas, pero que a pesar de ello, logran entablar una relación de amistad que a medida que van pasando los años, se va asentando cada vez más. Eso sí, lo que hace aquí su director es llevarse esta premisa hasta un futuro bastante lejano plagado de ideas locas y de evidentes homenajes, y aquí es donde reside parte de la gracia de la película.

Molli and Max in the Future nos lleva por los escenarios más surrealistas e inesperados que podamos imaginar, y todo realizado con efectos prácticos, decorados sencillos y mucho fondo digital, en una mezcla retrofuturista llena de encanto y de lo más colorida, como si se tratara de un film de ciencia ficción de los años 60 o 70. Aquí hay cabida para ideas de todo tipo, y lo bueno es que por muy absurdo que puedan parecer, al final acaban funcionando y teniendo su razón dentro del conjunto de la trama, así que mejor no os cuento mucho y os dejo que las descubráis vosotros.

Pero en el fondo, el film es una entrañable comedia romántica en la que sus dos protagonistas se complementan perfectamente y logran tener una gran química entre ellos, con unos diálogos ingeniosos y que finalmente nos llevan a reflexionar sobra la vida y sobre el amor. Molli and Max in the Future es una delicia que destila mucho cariño por el cine, una de esas pequeñas joyas imprescindibles que aparecen muy de vez en cuando y que vale mucho la pena descubrir.