Los chinos también tienen su derecho a sacar partido del éxito de Transformers, aunque sea con este film que no deja de ser una clara comedia con tintes de ciencia ficción que no tiene el más mínimo reparo en utilizar robots de protagonistas para transformaciones asombrosas de cualquier tipo, y dicho sea de paso, sin coherencia alguna.
El film nos cuenta como a un policía se le encarga, después de probar su lealtad al gobierno, la custodia de un cyborg llamado K1. El cyborg acompañara al policía hasta su pequeña comisaría donde tendrá lugar las más disparatadas situaciones y combates al enfrentarse ambos a otros peligrosos cyborgs. Todo se complica cuando K1 se sienta enamorado de una joven de la comisaría, algo que sus circuitos no pueden admitir, ni tampoco sus creadores.
El peso fuerte de la cinta lo lleva la comedia absurda y las situaciones embarazosas con toques de dramatismo y romance, pero también hay espectaculares combates con unos efectos especiales bastante bien logrados. No encontraremos aquí robots que se transforman en coches, sino cyborgs de apariencia humana, el protagonista K1 recuerda con su peinado claramente a Astroboy, que son capaces de transformarse en prácticamente cualquier cosa, por imposible que parezca.
Tan chorra como divertida, si aprecias este tipo de comedia y el humor chino seguro pasaras un rato divertido, si no, ni lo intentes, pero al menos se ve un producto honesto hecho con la única intención de entretener sin muchas más pretensiones, y que tiene una cuidada calidad visual y unos efectos especiales y luchas mucho mejor de lo que me esperaba, pero que, por ejemplo, se queda muy lejos del buen hacer de Stephen Chow.
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