A Luc Besson siempre se le ha dado bien la ciencia ficción, y también la acción, así que ha tenido que volver a juntar estos dos géneros para volver a tener éxito después de unas cuantas películas sin mucha pena ni gloria. A esto también hay que sumarle la presencia de una carismática y cada vez más cómoda en la piel de chica dura y heroina de acción Scarlett Johansson y ya tenemos un cóctel destinado a romper la taquilla.
Johansson es Lucy, una joven estudiando en Taiwan algo alocada que se verá metida en un buen lío haciendo un favor a su reciente novio. Atrapada por la mafia, será usada como transporte humano para una nueva droga experimental. Pero al romperse en su interior la bolsa de la droga, esta entrará de manera masiva en su cuerpo haciendo que aumente progresivamente el potencial de su cerebro.
Besson sabe muy bien crear grandes escenas de tensión y de acción, y lo logra muy bien en determinados momentos del film. Toda la presentación de la situación, la primera escena con la mafia es genial, es un claro ejemplo de como lograr hacer algo llamativo y que funciona a la perfección. Luego se dedica a introducir algo de ciencia con los comentarios del profesor Norman, interpretado por un siempre solvente Morgan Freeman, y a explicarnos las teorías sobre lo que sucedería si el hombre superara la capacidad de usar su cerebro tan solo al 10%.
El desarrollo del film es impecable hasta que a Besson se le empieza a ir la mano en el tramo final, cuando el personaje de Lucy empieza ya a realizar cosas que parecen más empeñadas en lucir efectos especiales que en seguir la ciencia del principio. Cuando la ciencia deja paso a la ciencia ficción más desmadrada e inverosímil Lucy empieza a expandirse y a viajar a todas partes y a todos los momentos de la historia en una onírica muestra de exceso que no lleva a ninguna parte.
De todas maneras, por el camino han quedado grandes escenas y grandes momentos, la persecución en coche por París es una de ellas, y hemos aprendido cosas sobre el cerebro humano y las teorías de lo que podría suceder de darse el caso real de la protagonistas hasta cierto punto. Me hubiera gustado un film algo más serio, pero también tengo que reconocer que el film no tiene apenas descanso y que se te pasa en un suspiro. Sin ser una obra ni mucho menos perfecta, creo que es la película de Besson más entretenida y vistosa en años, con lo que esperemos que el director siga por este camino.