Immanence es un pequeño film de terror que bien podríamos definir como terror cósmico, una curiosa propuesta que supone el segundo trabajo de su directora Derry Bellessa después de 10 años de su debut. Todo empieza con una extraña señal que proviene de algo que ha caído desde el cielo en el mar, y un grupo de radioastrónomos se aventura en un barco a la búsqueda de lo que creen puede llegar a ser el primer contacto con una entidad extraterrestre.
Cuatro científicos junto con el dueño del barco y el misterioso Jonah, encargado de pilotar, se adentran en alta mar en plena noche, que será donde se situé la acción de prácticamente todo el film. Antes tenemos una pequeña presentación de personajes donde vemos como un par de ellos tienen una estrecha relación con el tema de la religión. Por un lado, la madre de Naomi es un devota que se pasa el día rezando por su hija, aunque esta, como científica que es, no tiene las mismas ideas, y por otro lado, el personaje de Noah, que vemos como asiste a un exorcismo antes de subir al barco.
El personaje de Noah será el que empezará a cuestionar a los científicos y a encontrar señales divinas donde el resto solo busca el gran descubrimiento que los encumbre. Es aquí donde el film tiene sus mejores momentos, cuando se debate entre ciencia y religión con argumentos por ambas partes que resultan creíbles y que están muy bien buscados cuando empiezan a suceder cosas extrañas y se intentan dar explicaciones.
A pesar de ser un film de bajo presupuesto, una de sus mayores virtudes es una buena ambientación en el interior del barco, con algunos momentos de tensión bien resueltos que ofrecen una claustrofóbica y terrorífica sensación que va in crescendo dentro del misterio que va creando y en el que hay que estar pendiente de todos los detalles, ya que tendrán su importancia.
Immanence es comparable, en su justa media, con la magnífica Horizonte Final en lo que plantea, aunque es evidente que se queda un tanto atrás al dejar demasiado clara su postura final sobre la cuestión que plantea, y no buscar una resolución un tanto menos explícita. De todas maneras, estamos frente a un film bastante curioso en su planteamiento y que durante un buen rato nos sumerge en un misterio que cada vez se vuelve más insólito, quizás se lía demasiado, pero nos deja interesantes cuestiones con las que podremos estar o no de acuerdo, pero que bien merece la pena adentrarse en ellas.