Netflix nos trae el film de terror tailandés Ghost Lab, aunque hay que decir una vez vista que de terror tiene poquito, y se trata más bien de un thriller sobrenatural en el que un par de colegas médicos, Gla y Wee, ven por casualidad un día un fantasma en el hospital donde trabajan y deciden emprender una investigación para demostrar la existencia de los espíritus de una manera científica. Nuestros dos protagonistas son bien diferentes, Gla es un joven emprendedor y atrevido que disfruta de la vida junto a su novia, en cambio Wee es más reservado y solo tiene tiempo para cuidar a su madre enferma.
Ghost Lab es uno de esos thrillers en los que mejor no pensar demasiado ni dar muchas vueltas a lo que te están contando ni como te lo están contado porque a la que te pones a cuestionar un poco cualquier cosa, todo se va desmoronando. Y es que hay decisiones de guion que son bastante chapuceras sobre los fantasmas, si esperabais un film con alguna nueva idea o revelación sobre los espíritus ya os podéis ir olvidando, ya que acaba siendo un refrito de cosas ya vistas que puede ser que aporte algún punto de vista interesante pero que luego no está en ningún momento desarrollado, ya que los tiros no acaban yendo por ese lado.
Lo más destacable de la propuesta es ese giro a media peli que le da la vuelta, pero lejos de mejorar de cara a la segunda mitad, la cosa va a peor y es cuando se abraza el thriller más inverosímil donde lo sobrenatural funciona según le parece, y los personajes de repente parece que cambian sus roles entre ellos y el que era ambiciosa y buscaba demostrar a toda costa la existencia de fantasmas quiere abandonar y el que era más comedido ahora está más desatado que nunca.
Ghost Lab peca además de una dirección que se pasa de pomposa y rimbombante, con una banda sonora que a veces se vuelve excesiva de épica, y la verdad es que la película funciona mejor cuando es más intimista y no pretende ser tan exageradamente artificial ni trascendental. Lo que nos queda es un thriller bastante simplón para ver en modo automático sin darle muchas vueltas, aunque no será difícil que encontremos mejores cosas en las que malgastar el tiempo si somos un poco exigentes.