Apple TV+ nos trae Finch, un film de ciencia ficción con Tom Hanks de protagonista y bajo la dirección de Miguel Sapochnik, director de Repo Men, que tras pasarse 10 años en la televisión regresa al largometraje y lo hace de nuevo con ciencia ficción, aunque con un film mucho más amable que su debut, lo cual tampoco era muy dificil.
Hanks se acompaña de un perro y de un robot en este mundo post-apocalíptico, en el que se verá forzado a iniciar un viaje por carretera con destino en San Francisco. El personaje de Hanks se llama Finch, que da título al film, y ve como la radiación empieza ya a hacer mella en su organismo, y viendo que tiene los días contados, construye un robot para que cuando él ya no esté pueda cuidar de su perro. Pero con la I.A. recién conectada, deberán marchar corriendo de su escondite si no quieren quedarse atrapados por una gran tormenta que puede durar semanas.
Empieza así un viaje que no estará exento de peligros y en el que Finch deberá enseñar al robot, que se llamará Jeff, a sobrevivir en este entorno hostil. Un robot que es como si fuera un niño, inocente y con ansias por aprender para ser útil, que se frustra cuando comete errores o es regañado, pero que sigue siendo fiel y esforzándose. La verdad es que Jeff es un encanto, aunque a veces es capaz de ponerte nervioso cuando ves que la está cagando o se mete en sitios donde no toca.
Finch es una película que juega bastante con las emociones y que puede ser un poco idealista, pero también es capaz de mostrar la peor cara de la humanidad, no fue solo el desastre global lo que acabó con casi toda la población, fue el ser humano en su lucha por la supervivencia como bien explica Finch en alguna de sus deprimentes y terribles historias, de hecho, una de las claves por las que ha durado tanto es por haber evitado siempre cruzarse con cualquier otra persona.
Para ser un film con tan solo tres protagonistas, uno de ellos un perro y otro un robot, no se hace nada largo ni pesado, evidentemente gracias a un Tom Hanks que se basta y se sobra el solo para llevar el peso de la película sin despeinarse. Le sumamos que visualmente no tiene nada que envidiar a cualquier gran producción que se estrene en cines, con unos escenarios decadentes y ciudades cubiertas de arena muy bien representadas con unos eficientes efectos especiales, y sobre todo, un robot que es el alma de la película, al que vemos nacer y crecer para llegar a convertirse en algo más que un simple robot.