Crítica: Enter Nowhere

Enter Nowhere nos traslada hasta una alejada cabaña perdida en medio de un bosque donde una mujer busca desesperadamente ayuda ya que ella y su marido acaban de sufrir un accidente de coche. Allí se encontrará con un joven que al principio le causa desconfianza, pero que será su único apoyo en la desesperada situación en la que se encuentra. Más tarde aparecerá otra joven, la que ya hemos visto de manera breve en la secuencia inicial.

Los tres personajes tendrán que poner de su parte si quieres lograr salir del bosque y escapar de esa cabaña que parece perseguirles donde quiera que vayan. Poco a poco tendrán que ir conociéndose para analizar la situación y se darán cuenta que todo lo que creían saber ni siquiera se acerca a la autentica verdad.

Enter Nowhere es un film de misterio con elementos sobrenaturales, que no de terror. Nos plantea una extraña situación cuyo desarrollo nos va dejando pistas que cada vez van complicando la trama más y más, desvelando su intriga en pequeñas dosis que van encaminando a sus personajes hasta su destino final.

El problema de Enter Nowhere es que no hay que ser ningún Sherlock Holmes para anticiparse e ir sacando conclusiones acertadas antes de que se produzcan en la película. Y es que no hay nada de nuevo aquí, sino más bien un refrito de situaciones y cosas ya vistas. Pese a todo, hay que reconocer que su trama está bien estructurada y bien llevada, lo cual nos mantiene atrapados en la pantalla esperando ver como finalmente se resuelve todo, y de paso a ver si de una vez consigue sorprendernos o explicarnos de manera coherente como hemos llegado aquí.

Enter Nowhere es un capítulo de La Dimensión Desconocida alargado, y eso tiene su gracia. No importa mucho que vayamos avanzándonos a los pequeños descubrimientos que realizan sus protagonistas, al final el resultado no está tan mal como pueda parecer para un pequeño film como este.