Y llegamos por fin a este segundo fructífero y largo viaje por la Tierra Media con esta adaptación de El Hobbit que ha dado de si una nueva trilogía que evidentemente todos estaremos de acuerdo en que ha estado por debajo de su predecesora, la adaptación de El Señor de los Anillos. Esta tercera película estaba claro que estaba hecha para desembocar en una gran batalla, la de los cinco ejércitos que da título al film, y tras un buen inicio allá donde los dejamos al final de ese coitus interruptus que fue la segunda parte, con el dragón Smaug dispuesto a atacar la Ciudad del Lago en una buena escena de acción.
Luego nos encontramos con los preparativos para esa gran batalla, un cúmulo de escenas que dan la sensación de relleno para la culminación final en una batalla que ocupa prácticamente la mitad de la cinta, de tan solo 144 minutos, la más corta de todas, y es que tampoco daba para mucho más. La batalla claro que es vistosa y entretenida, sobre todo gracias a los gigantes orcos y el uso que les dan, que tiene bastante gracia aunque creo que están bastante desaprovechados, y caen a la primera de cambio. Pero nos encontramos en que tampoco es que aporte mucho de nuevo, escenas de lucha que suenan a ya visto, los lideres de los ejércitos matando orcos a destajo, Legolas haciendo legoladas, es decir cabriolas imposibles de nuevo, y al final se soluciona todo de la manera prevista, cuando peor están las cosas aparece la salvación para acabar finalmente con los orcos.
Algo bueno tiene la cinta, y es que se ha prescindido prácticamente de ese intento de dar a la saga un tono desenfadado de aventuras con la intención de emular el libro, mucho más ligero que ESDLA, y salvando las cargantes escenas graciosillas de cierto personaje odioso, es sin duda la que más se parece a la primera trilogía en su épica y seriedad.
Vistas ahora las tres películas, hay que decir que se han alargado en exceso, que la promesa de que iban a introducir en ella nuevas historias y ampliar la mitología se ha quedado en bien poca cosa que rememorar, meter a Legolas de nuevo que eso siempre da mucho juego, una historia de amor entre una Elfo y un enano, el despertar fallido de Sauron y poca cosa más, al final ha sido más alargar una trama de doscientas y pico páginas que otra cosa.
Creo que uno de los fallos ha sido que Jackson no ha sabido dar con la tecla que pusiera esta trilogía en su lugar, queriendo por un lado intentar no ser tan formal con en la primera trilogía pero sin llegar tampoco a desmarcarse de esta, diseños y personajes tienen una continuidad por un lado que le da a toda la saga un grado de coherencia, pero por otro lado tiene el hándicap de que todo suena a ya visto. Era el mayor problema al que se enfrentaban y la solución nos ha dejado escenas de acción rocambolescas y poco creíbles en su conjunto y que desentonaban un poco con el resto.
Pero no le quitemos valor a pesar de sus fallos a esta nueva incursión en la Tierra Media, que de todas maneras nos ha dejado tres buenas películas de aventuras para disfrutar, un espectáculo visual apabullante y una adaptación de El Hobbit necesaria y en su conjunto bastante digna, y que junto a ESDLA conforman una más que decente aproximación a la Tierra Media, quizás la última o quizás no, eso el tiempo lo dirá.