Encontramos en Don´t Knock Twice buena parte de los clichés que hacen hoy día una peli de terror una más del montón con poca cosa que destacar, en la que hay mucho susto de relleno, escenas muy previsibles, lo del almacén de las estatuas se ve a la legua, y una historia sobrenatural que no sabe muy bien por donde quiere ir.
Y digo esto último porque al principio nos venden la moto queriendo crear una leyenda urbana que acosa a los jóvenes, cuando luego vemos en realidad que de eso nada, que resulta que estos jóvenes estaban vinculados y tienen su propia historia personal con la presencia fantasmal, con lo que todo lo de la leyenda urbana se acaba desvaneciendo como si nada hubiera pasado.
Don’t Knock Twice empieza muy directa, incluso parece que tiene prisa en matar a su primera víctima, para luego centrarse en la relación madre-hija y acabar de nuevo de manera muy precipitada, con un giro final que bien se lo podrían haber ahorrado de lo poco creíble que resulta. Con lo que tenemos una parte central demasiado alargada que da una sensación de quedar todo un poco descompensado.
Como reclamo nos encontramos con Katee Sackhoff de protagonista, la mítica Apollo de BSG, y con una jovencita Lucy Boynton que dará bastante que hablar en un futuro próximo, la hemos visto recientemente en la muy recomendable The Blackcoats Daughter y estará en la nueva película de Gareth Evans titulada Apostle.
Mira que la anterior propuesta de James W. Caradog, una sencilla pero estimulante cinta de ciencia ficción titulada The Machine sobre inteligencia artificial era bastante correcta a pesar de contar con pocos medios, pero con esta Don’t Knock Twice, Caradog no consigue convencer, no sabe muy bien hacia donde quiere ir y acaba mezclando demasiadas cosas que no acaban de cuajar de ninguna de las maneras.