Segunda película dedicada al Doctor Strange tras participar activamente en la pasada Spider-Man: No Way Home, y una vuelta al Multiverso de Marvel con todas las posibilidades que ello comporta. Tambien nos reencontramos con Wanda tras los sucesos de su propia serie y la introducción de un personaje nuevo, America Chavez, una joven cuyo poder desatará la trama que nos llevará a viajar entre universos.
Mucha expectación por la dirección de Sam Raimi, y queda claro que Marvel le ha dejado hacer de las suyas, es evidente como el director se referencia a si mismo y el nivel de violencia y sangre supe un peldaño comparado con otras películas, así como el tono oscuro y cercano al terror, también como el humor esta vez está mucho más comedido, pero no hay que olvidarse que estamos frente a un film del Universo Marvel y que no hay que pasarse, que todo tiene un límite. Pero de todas maneras, son pequeños destellos que los fans del director sabremos apreciar y que hace que a esta Doctor Strange se le note ese toque personal aunque sea ligeramente.
Aunque la primera parte avance un poco a trompicones entre la acción y tanta explicación que hay que ir asimilando sobre los personajes, hay que reconocer que su segunda mitad ya funciona como un tiro sin descanso ni apenas pausa. Los cameos y referencias a los comics harán las delicias de los fans, y es un paso más en la cohesión de este particular universo cargado de posibilidades que por el momento no da muestra de fatiga, y que a cada nueva película es capaz de crear nueva expectación, la burbuja sigue creciendo y esperemos que dure mucho años más.
Si algo teníamos claro es que Benedict Cumberbatch es perfecto para el personaje, cosa que demuestra una vez más, y además interpretando a varias versiones suyas. Pero Elizabeth Olsen no se queda atrás y resulta imponente como Wanda y como Bruja Escarlata. Xochiti Gomez como America Chavez sabe darle esa ingenuidad al personaje que debe tener, es otro acierto. Y lo mejor es que el resto de secundarios no se queda atrás, todo funciona como un reloj suizo.
El film es todo un espectáculo de efectos visuales, ya lo vimos en el primer film del personaje, como el uso de la magia se transformaba en la ciudad retorcida a voluntad, también como el Multiverso daba un paso más en este aspecto visual en la última del trepamuros, y aquí se acentúan todavía más las posibilidades visuales y la realidad cambiante y deformada. Las escenas de acción con la magia de por medio funcionan bien y son espectaculares, todo y que a veces los movimientos de Strange pueden ser un poco exagerados.
Tenemos un guion que a veces tira de recursos demasiado obvios, y cuyo desenlace no podía ser de otra manera, pero eso no empaña que el viaje merezca la pena y que Doctor Strange sea otro film de Marvel con una nota alta, otro capítulo más en esta larga saga que sabe hacer bien las cosas, y que sin perder de vista su esencia y la tan crítica formula, tenga ese punto de personalidad muy reconocible de su director, que aunque sea leve, está presente y se nota en el resultado final.