Doug Liman es un director que suele ofrecernos siempre películas bastante decentes e incluso alguna bastante más que eso como Al Filo del Mañana, Bourne o Caza a la Espía, pero se estrella en este nuevo intento, creía que ya se había pasado esta moda, de adaptar una nueva trilogía de ciencia ficción juvenil. El libreto en cuestión es la trilogía Chaos Walking, cuyo primer libro se titula The Knife of Never Letting Go, del autor Patrick Ness.
El film nos lleva hasta un futuro en el que en un asentamiento en un planeta, las mujeres han desaparecido y a los hombres les afecta un extraño fenómeno que llaman “el ruido”, una fuerza que sale de sus mentes y muestra sus pensamientos. Al planeta llega una nave colonia, que envía primero una pequeña nave con un grupo de exploradores para conocer la situación del planeta y de su anterior colonia. Pero de ellos tan solo sobrevive una joven llamada Viola, que se encontrará con un entorno hostil donde no hay mujeres.
En su huida contará con la ayuda de Todd Hewitt, un joven nacido en el planeta que intentará protegerla y descubrirá de paso las mentiras que le han contado desde pequeño y los secretos que se ocultan en este inhóspito planeta. Tom Holland y Daisy Ridley son los protagonistas de esta cinta de ciencia ficción formando una pareja que se entiende bastante bien y que tienen bastante química entre ellos, lastima de todo lo demás que es un quiero y no puedo, donde se notan demasiado las prisas y que deja en el tintero explorar algunas cuestiones que tan solo roza de pasada.
Chaos Walking tiene un aire de western que no acaban de explotar, y mira que le iba como anillo al dedo dentro del entorno que presenta y en la persecución de los dos jóvenes, pero parece que no sabe muy bien como encarar su escenario, con una dirección muy impersonal y que parece más propia de un encargo realizado con un Liman poniendo oficio pero no muchas ganas.
Aunque la película empieza bastante bien y nos presenta un atractivo escenario con sus reglas, a media película ya se empiezan a notar las prisas, introduciendo cosas que luego no van a ninguna parte, lo más sangrante es el mísero papel que juega la raza autóctona del planeta, que al final uno no sabe muy bien que pintan ni cual es su cometido en todo el fregado. Y llegamos a un tramo final donde todo se precipita de mala manera y las escenas se resuelven en un plis plas, que no da tiempo para mucho más.
No es que Chaos Walking sea una mala película, es verdad que durante un buen rato funciona bastante bien, pero si que te deja con la sensación de que había mucho más para contar de lo que realmente muestra, y que al final solo interesa el ir de un sitio para otro y dejar un par de escenas molonas y otro par de situaciones graciosas, pero en su conjunto acaba siendo todo un caos cuyo mayor pecado es no saber encontrar un tono adecuado y ser incapaz de profundizar en los varios temas que plantea.