Este pasado fin de semana se estrenaba en Netflix el film de acción Carter, del director de The Villainess Jung Byung-gil, que tal y como anticipaban los tráilers, nos ha ofrecido una gran dosis de acción y de adrenalina en una película en tiempo real y en plano secuencia con unos movimientos de cámara de lo más locos que dan la sensación de que estamos jugando a un videojuego.
El film empieza en una habitación donde despierta nuestro protagonista rodeado de agentes apuntándole. En seguida se da cuenta de que no recuerda nada, ni su nombre, y una voz en su cabeza le dice que se llama Carter y le da instrucciones para huir. Su misión es encontrar y rescatar a una niña que es la vacuna para un nuevo virus que está asolando Corea y llevarla hasta un punto de encuentro. Corea del Sur, Corea del Norte y los norteamericanos van tras la niña, y Carter no sabrá de quien fiarse, y entre unos y otros lo van llevando de aquí para allá.
Estamos ante un film de una acción desbocada y muy llevada al extremo, con el protagonista enfrentándose a situaciones imposibles, luchando con decenas de enemigos, persecuciones en coche, moto, con aviones, helicópteros, en tren, vamos, que no falta de nada. Con unas coreografías alucinantes que no paras de preguntarte como coño han rodado eso, y con una cámara que se mueve por los lugares más insospechados con más de un momento para flipar con lo que llega a hacer.
Pero en su contra hay que decir que esta acción tan desmesurada es del todo excesiva, lo cual no juega mucho a su favor, y hay que hacer un esfuerzo para creerte todo lo que está pasando y entrar en su juego. La manera en la que está rodada también puede echar atrás a más de uno, ya que no resulta fácil en algunos momentos seguir al personaje y todo se vuelve un tanto caótico, otra vez el exceso, esta vez de movimientos con la cámara, puede llegar a resultar un tanto desquiciante e incluso abrumador.
Desde luego, Carter merece mucho la pena por su gran trabajo que hay detrás de ella, hay algunas escenas que son asombrosas y con unas coreografías nada fáciles de rodar y la cámara hay veces que se mueve por lugares por donde no crees que pueda pasar, pero si que es verdad que en su conjunto peca de exceso por todos lados. De todas maneras, resulta un experimento que lleva la acción a un nuevo nivel pocas veces visto, y ya solo por eso tiene bastante mérito.