El director Rupert Wyatt vuelve a la ciencia ficción después de dirigir en 2011 El Origen del Planeta de los Simios, y lo hace con un thriller de ciencia ficción que nos lleva a un planeta ocupado por una raza extraterrestre nueve años después de la invasión, con una sociedad dividida donde las clases pobres y ricas cada vez se encuentran más alejadas y donde un pequeño grupo intenta resistir y luchar contra los invasores.
Wyatt nos presenta un paraje bastante desolador donde la humanidad se ha rendido y subyugado a esta raza alienígena que ha ocupado las grandes ciudades del mundo y se dedica a explotar los recursos del planeta. Tomando como eje central la figura de un joven cuyo padre y cuyo hermano murieron a manos de los alienígenas, vamos conociendo su entorno y su lucha desde los barrios más pobres, sus ganas de huir de Chicago, pero como al final acabará mezclado en un complot que planea la resistencia para atentar en un gran evento.
No esperemos de Captive State grandes escenas de acción ni grandes efectos especiales, ni grandes batallas porque no la hay, Wyatt apuesta por un film mucho más personal y mucho más intimista en el que la batalla contra los aliens se libra esta vez como si de un film de espionaje clásico se tratara, con conspiraciones y movimientos en las sombras, con la policía pisándole los talones a la resistencia y estos intentando evitar a toda costa ser atrapados.
Captive State comete el error de querer abarcar mucho en lo que cuenta para no llegar a las dos horas de metraje, y en su segunda mitad se vuelve confusa y precipitada en su narración en momentos clave que no quedan demasiado claro el por qué suceden. Una miniserie de televisión hubiera sido mucho más indicada para que todo estuviera mucho mejor explicado, y la verdad es que uno se queda con ganas de saber mucho más. Y ya no solo eso, el tono pausado y sobrio de la película invita a una serie que hubiera sido muy bien recibida, sin embargo, como película ha pasado más que desapercibida y ha dividido bastante a la crítica.
A pesar de sus problemas, Captive State es un estimable film de ciencia ficción desde una perspectiva diferente que aunque no lo consiga del todo, intenta ofrecer un producto distinto, serio y realista, alejado de la acción desenfrenada y de una visión superflua del conflicto, lo cual en los tiempos que corren ya es de agradecer.