Andrew Niccol escribe y dirige Anon, una nueva incursión del director en la ciencia ficción del director de Gattaca que nos vuelve a presentar un desolador futuro donde su personaje protagonista se tendrá que enfrentar a las nuevas normas establecidas y pasar por encima de ellas. En esta ocasión, se trata de una sociedad donde no existe prácticamente la privacidad, en donde todo individuo está constantemente conectado y puede ser observado, todo queda grabado.
Sal Frieland es un detective de la policía cuyo trabajo consiste en revisar grabaciones, del acusado, de la victima e incluso de testigos presenciales, para determinar el crimen, pero una serie de misteriosos asesinatos en donde no se ve al culpable complicarán su trabajo. Todo apunta a una misteriosa joven que no consta en ningún registro, que no tiene identidad, con lo que atraparla no será tarea fácil.
Niccol insiste una vez más en la ciencia ficción de carácter más minimalista y crítica, pero mucho me temo que tras todos estos años no volvamos a tener otra obra de culto como es Gattaca. Al menos, en comparación con In Time e incluso con The Host, aquí se atisba mucha más personalidad a la hora de trasladar el relato, con una visión deprimente y sombría de filtros grises, incluso la publicidad de la calle es triste y apagada. Todo esto le da al film una aire de cine negro clásico, con un ritmo pausado y repetitivo que vuelve siempre a las mismas localizaciones. Y en este punto reconozco que la propuesta me atrae y me gusta cómo me la cuenta, lo que ya no me convence tanto es lo que me cuenta.
Tras un prometedor inicio donde en pocas líneas vamos entrando a la tecnología de nos propone el film, sin duda uno de los aciertos y de los detalles mejor resueltos que tiene, menos mal que ya no hay que estar agitando las manos arriba y abajo para acceder a la información, hubiera sido ridículo. Esta tecnología va en concordancia visualmente con lo que propone Anon, sin florituras ni colores, un diseño frio y elegante de líneas blancas, escueto y conciso.
Pero a medida que avanza el film, vamos descubriendo que quizás Niccol ha creado unas expectativas que cada vez apunta más a que no se van a cumplir, y empieza a enredarse en cosas que no me interesan, como la relación de tensión sexual entre los protagonistas y en esclarecer un caso que acaba siendo del todo decepcionante tanto en resolución como en repercusión. Hacía tiempo que no veía un thriller resuelto de manera tan torpe y tan poco convincente.
Otro punto a sumar es que Niccol trabaja con un par de actores bastante solventes que hacen todo lo posible por defender a sus personajes y sobre todo para que haya química entre ellos, lo cual no era a priori fácil y aunque se podría mejorar, no acaban desentonando tanto como podría parecer, a pesar de que me sigue pareciendo que todo el tema del romance está muy mal llevado. A Niccol le gusta poner de morena a Amanda Seyfried, lo cual no es ningun problema, y su papel como chica dura y misteriosa lo hace realmente bien, y Clive Owen interpreta con bastante solvencia el enésimo policia separado y atormentado por un suceso trágico que se pierde en el alcohol, el tabaco y las relaciones sin futuro.
Niccol lo intenta pero sigue sin salirle un film tan redondo como si ópera prima o El Señor de la Guerra. Y esta Anon se queda en un quiero y no puedo que visualmente me parece un acierto, incluso de ritmo y de tono, pero que acaba a la deriva sin cumplir ninguna de las expectativas creadas.
3 comentarios
completamente de acuerdo con tu critica, pero le das uno o dos puntos de mas, ami me pareció una perdida de tiempo
a mi me parecio muy buena visualmente, y si, la segunda parte vuelve al cliche, acabo de verla y me parecio muy buen concepto, nada nuevo, pero la forma de representarlo me parecio bien, saluods
Bueno, a mi visualmente me ha gustado mucho, así como el diseño de la realidad virtual, y tiene una primera parte que está bastante bien, lástima que luego se va todo al traste y pierdo mucho.