America: The Motion Picture es un film de animación para adultos que nos trae Netflix y que ha sido dirigido por Matt Thompson. Nos cuenta la historia del nacimiento de los Estados Unidos desde un punto de vista nunca visto anteriormente, es decir, bastante pasado de vueltas, con mucha sangre y acción y con un elenco de protagonista que incluye a Sam Adams, Thomas Edison, el aclamado jinete Paul Revere y a un cabreado Geronimo entre otros, que se unirán tras el asesinato de Abraham Lincoln para vengar su muerte contra los ingleses para conseguir la independencia.
La película no está exenta de burradas de alto calibre y de violencia de la más explícita, algo de lo que el cine americano no está exento y que muestra sin pudor, pero aquí no se pierde la ocasión para reírse de la parte contraria, del sexo y los desnudos, que evita de una forma bastante descarada en una clara burla de lo mojigatos que suelen ser en estos temas. Y es que, aunque hace gala de un claro patriotismo al contar su historia, no deja de lado tampoco la crítica mordaz a lacras como el machismo o el racismo que imperan en la sociedad actual.
Si de algo va sobrada America: The Motion Picture es de referencias y homenajes, tanto a la cultura popular como a la historia americana, ese bar llamado Vietnam es de lo más descarado, así como la historia inventada para el Titanic entre muchas otras. Estoy seguro que hay que verla más de una vez para ir pillando todas y cada una de ellas, que van desde Star Wars a Marvel, pasando por El Señor de los Anillos como las más claras, pero desde luego que hay muchas más, algunas más fáciles de ver y otras más sutiles, tendríamos que ir apuntándolas en un papel para ir nombrándolas. Mención especial merece la batalla final, que bien se podría comparar con la de Ready Player One por todos los personajes que participan.
Quizas su mayor pega para alguien que no es de los Estados Unidos es que es su historia y nos pilla un poco lejos, pero el film es sobradamente entretenido para que eso sea lo de menos, y su animación es muy buena, dinámica y típicamente americana, y sobre todo con un guion cargado de mala leche, que quizás podría haber atizado mucho más, desde luego, pero corren tiempos difíciles para la incorrección. Bajo la producción de Phil Lord y Christopher Miller, esta pareja nos está dando estos últimos años las mejores alegrías en animación para adultos desde los Estados Unidos, y esperemos que sigan así muchos años más.