Crítica: Alive

Cuando pensábamos que el género zombi ya no daba de más, llegó el cine asiático para dar un golpe el la mesa y revitalizarlo con películas como I Am A Hero en 2015, que tiene la secuencia de inicio más espectacular que yo recuerdo en una película de zombis, y un año más tarde llegaba desde Corea la cinta que revolucionaría el género, Train To Busan. Mientras esperamos con ganas ver su secuela, Peninsula, Corea nos ofrece este año además Alive, la película que nos ocupa ahora y que vuelve a demostrar como el cine coreano le ha cogido el pulso a los zombis.

Alive es un film mucho menos ambicioso que Train To Busan, se centra en un solo personaje que se ve atrapado en su casa en medio de una pandemia zombi y tendrá que ingeniárselas para sobrevivir cuando empiece a quedarse sin comida ni agua. En este aspecto puede recordar al film francés de hace un par de años La Nuit a Dévoré Le Monde, ya que su premisa es prácticamente la misma.

Pero si algo sabe demostrar el cine coreano es que rodando escenas de zombis no tienen por el momento igual, y se nota cada vez que hacen acto de presencia, en escenas realmente sobrecogedoras y con unos efectos impecables, desde su espectacular secuencia de inicio hasta la desgarradora secuencia de la chica policía entre otras.

Puede que a Alive le cueste un poco arrancar y se haga algo cuesta arriba en su primer tramo, y también está claro que no ofrece nada nuevo que no hayamos visto antes, si un caso el hacer especial hincapié en las nuevas tecnologías como manera de comunicarse y como un recurso más en la lucha contra los zombis.

Pero donde más destaca es cuando hay zombis de por medio, la manera de presentarlos y las escenas en las que están involucrados son sensacionales y terroríficas, se nota que hay un buen trabajo detrás de maquillaje y efectos, y eso es precisamente lo que hace que un film normalito y que ofrece más de lo mismo, tenga un plus de interés y gane unos puntos más.