Crítica: Alien: Romulus

Crítica: Alien: Romulus

Tras salir airoso hace unos años con una nueva versión de Evil Dead, el director Fede Álvarez se atreve ahora con una nueva película de Alien después de que Ridley Scott intentara hace unos años hacer algo diferente en la saga con Prometheus y Alien: Covenant que no acabaron de convencer demasiado, algo que si parece haber conseguido esta vez Álvarez sin arriesgar mucho y volviendo a los orígenes de la saga en una mezcla entre la Alien original y su gran secuela Aliens.

Ubicada temporalmente entre la película original y su secuela Aliens, esta Romulus nos lleva hasta una colonia minera donde malvive la joven huérfana Rain Carradine junto a su hermano adoptivo Andy. Sin posibilidad de poder escapar legalmente del planeta, Rain acepta unirse a regañadientas a un grupo de antiguos compañeros para ir al espacio a una nave espacial abandonada en busca de unas criocápsulas que les permitan huir al planeta Yvaga que está a nueve años de viaje. Lo que se encontrarán allí ya nos lo sabemos todos.

Álvarez nos ofrece un prólogo que funciona muy bien como nexo de unión con la primera película, para tomarse luego su tiempo en presentarnos el nuevo escenario y los personajes en lo que sin duda es de lo mejor de la cinta, con una ambientación muy cuidada y con el uso de una tecnología acorde y coherente con lo visto en la saga en las primeras películas, con una tensión palpable en cuanto entran en la nave abandonada hasta que aparecen las primeras criaturas.

Romulus es un gran homenaje a las dos primeras películas, aunque a veces se tiene la sensación de que es un poco esclava de sus guiños, planos calcados y situaciones con paralelismos, porque aunque hay algunas muy bien resueltas, hay otras que resultan un tanto forzadas. Y si hay algo que me choca bastante es como estos xenomorfos se desarrollan tan rápido, vale que igual el guion lo reclama así por su límite de tiempo, pero no deja de ser algo que da la sensación de estar metido con calzador.

Aunque en su primera mitad la película funciona como un tiro por su ambientación y su presentación de personajes cuidada, llega un punto que se deja llevar claramente por el espectáculo de acción que por intentar ser más razonable y lógica, que por intentar crear algo más de tensión con menos en vez de lanzarse a la pirotecnia descontrolada y efectista. Aquí hay que reconocer también el acierto de casting con su joven protagonista Cailee Spaeny, una heroína femenina como manda la saga que aguanta muy bien todo el peso de la acción.

Alien: Romulus marca un nuevo camino a seguir en la saga y deja la puerta abierta a explorar esta vía que ojalá tenga continuidad, porque a pesar de algunos de sus defectos, es la mejor entrega de Alien que hemos visto en mucho tiempo.

Puntuación
14out of 5

3.5

3.5 out of 5
Merece la pena

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